¿Y… cómo están tus notas?

La clásica pregunta que realizan nuestros padres, o cualquier tutor responsable de nosotros. Esa preguntita que a una gran mayoría de estudiantes fastidia contestarla sabiendo que la respuesta no es la más grata para ser escuchada.

Constantemente los estudiantes escolares se encuentran presionados en el ambiente familiar por el hecho de cumplir con la responsabilidad de estudiar; responsabilidad que emprendemos desde la escuela hasta la formación profesional en la universidad, aunque dicha presión es muy distintas en cada etapas.

Las expectativas que tienen las demás personas (en su mayoría) sobre el desempeño estudiantil solo se encuentran dirigidas y/o basadas en las calificaciones, olvidando que estas no son las únicas, sino que hay mas factores por los que se mide el rendimiento escolar. Uno de ellos es el apoyo que la misma familia brinda al estudiante en los momentos de preparación o estudio.

El gran reto de ser buen alumno (a) (si es posible el mejor de la clase), queda muy marcado en el crecimiento de muchos estudiantes, con el temor de no satisfacer este logro, algunos llega a no valorar las demás aptitudes y actitudes que como estudiantes pueden llegar a desarrollar. Es por esto que asumir las calificaciones como un factor que determina la calidad de persona que es un estudiante, es antipedagógico.

Ser estudiante, no es fácil, ya que antes de ser estudiante uno es ser humano, con distintas habilidades, que si se las orientan hacia un solo fin a la misma vez se encuentran limitadas para seguir desarrollándolas en otras aéreas.

Te invitamos a que tomés conciencia. Estudiar es más que una responsabilidad u obligación; es un derecho, y las condiciones para ejercerlo deben ser las más adecuadas. El pedir ayuda a tus seres cercanos (compañeros, profesores, familiares) facilitara tu desempeño y así identificaras tus diversas competencias y obstáculos que intervienen en el proceso para alcanzar tus metas.

Si tus notas no han sido las mejores hasta el momento, tal vez debas preguntarte ¿Para qué soy bueno (a)?, ¿Qué es lo que me gusta hacer?, ¿Cuáles son mis habilidades?… Según tus respuestas replantéate nuevas metas y formas de estudio, así podrás obtener mejores notas según tus habilidades y características.

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